miércoles, abril 19, 2006


14 de abril de 2006, viernes, ABU SIMBEL

¿Qué decir de los Templos de Abu Simbel? Creo firmemente que es uno de los lugares más bellos de la tierra. Si me dieran a escojer un lugar donde volver de Egipto, uno sólo, sería Abu Simbel.
Abu Simbel significa la montaña pura. Es un complejo de dos templos hechos construir por Ramsés II. El templo mayor de Abu Simbel es uno de los mejores conservados de todo Egipto. Se encuentra al sur del país, a unos 300 kilómetros de la ciudad de Asuán, pese a que ese no era su emplazamiento original. Debido a la construcción de la Presa de Asuán y el consecuente aumento del nivel del Nilo fue necesario reubicar varios templos, incluido éste, que se hallaban a la orilla del río. Un importante equipo internacional se encargó de desmontar y volver a montar en un lugar seguro todo el templo, como si de un gigantesco puzzle se tratara.
El templo está dedicado al culto del propio Ramsés (los faraones se consideraban dioses) y de los grandes dioses de Egipto: Amón, Ra y Ptah.
Estos tres dioses tenían sus capitales y a lo largo de la Historia del Egipto antiguo fueron venerados como representación del único dios grandioso.
Ramsés II, hijo de Sethi I, combatió a los enemigos del norte, y del sur. Pero su batalla más importante fue la de Kadesh, en Canaán contra los asiáticos hititas. Lo más probable es que esta batalla terminara en un tratado de paz entre ambas fuerzas, aunque Ramsés se jactaba de haber ganado la batalla en las paredes de Abu Simbel y otros templos egipcios, pero lo mismo hizo el rey de los hititas en los templos de su país.
Al lado de los tres se representa a Ramsés como el cuarto gran dios de Egipto. A la dinastía XIX le tocó recuperar el prestigio de Egipto perdido en el exterior después de los disturbios y turbulencias religiosas (se cambio el culto de Amón por el de Atón) y políticas durante el reinado de Akhenaton de la dinastía XVIII.

Es imperdonable ir a Egipto y no ir a Abu Simbel.

Y, sobretodo, tampoco es perdonable el perderse el espectáculo de luz, sonido y cine. Aseguraos de que cuando váis os lo hacen en castellano.

En el fondo del templo de Ramsés se encuentra el santuario con 4 estatuas Harmakis, Ramses II autodivinizado, Amon-Ra y Ptah.

Cada 12 de febrero y 22 de octubre los rayos del sol iluminan por completo a todos menos a Harmakis que era el dios de las tinieblas.
El lugar en el que se halla Abu Simbel, enclavado al lado del Lago Nasser convierte el conjunto en una obra de los Dioses. Es maravilloso. No dejéis de ir.

Tuvimos la malísima suerte de alojarnos en el hotel Nefertari. Consejo: no vayáis jamás. Las habitaciones horribles, se caía el mobiliario y la comida no era sólo incomible y horrible, era verdaderamente asquerosa. Fue un el hotel Nefertari donde la mitad de nosotros empezamos con el mal de Tut.




Es una pena porque el hotel está situado en un lugar precioso. La piscina queda en un acantilado sobre el lago Nasser donde la vista no es solamente preciosa, es alucinante.



Pero ahora eso ya no importa. Los templos de Abu Simbel bien merecen el mal de Tut y lo que sea. Eso sí, si vuelvo, me voy al Hotel Neti; muchísimo mejor.
Consejo a viajeros: no os dejéis el repelente de mosquitos para Abu Simbel. A partir de la puesta de sol te comían vivo!!!!!!!!



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